Gracias a mi nuera Carolina con mi hijo Fernando (padres de Ana Carolina y de Federico Raúl) y a mi hija Ana Cecilia con mi yerno Ignacio (padres de Máximo), hoy puedo hablarles de mis tres descendientes.
¿Los conocían?, es el momento de presentárselos:
Estos tres pequeños seres han sido capaces de impulsarme a dar tres grandes pasos hacia la eternidad. Y, si a alguien se le ocurriese preguntarme ahora: "¿Estarás conforme, no?, mi respuesta va a ser irremediablemente y sin lugar a dudas: "No, no estaré conforme aún".
Quizá pueda empezar a conformarme y consolarme, recién a partir de la cuenta de siete nietitos. Hagan la matemática ustedes, ¿quieren?
Siempre me responden: "Claro, como no se trata de tu..." ¿Quiénes han sido capaces de decirme eso?, quiénes pueden ser sino las mujeres. ¿Las mujeres de la familia?, no, ¡todas! absolutamente todas las mujeres.
Este pronunciamiento universal me da mucho que pensar y me obliga a ejercer la empatía con ellas. Algo de razón deben tener, ¿no?
Es por eso que:
Esta publicación, desde lo más profundo de mi corazón está dedicada a esas hermosas, valientes y decididas madres; que, con sus respectivos esposos, han sido capaces de iluminarme con estos tres fulgores divinos y hacerme muy feliz; ahora, en el inicio de la estación de las hojas ocre, de mi vida.
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1 comentarios:
Siempre agradecí a Dios la suerte de nacer, de regalarme vivir la maternidad intensamente , de estrechar la mano amiga, y ser testigo del milagro de cada amanecer.
Hoy , hago extensivo éste reconocimiento a mi abuelitud ...ejercerla, transitarla, es esencial, vivificante... y es gracias al amor de mis hijos y de sus descendientes...hasta hoy ANA CAROLINA, MÁXIMO Y FEDERICO...es con ellos, al lado de su diafanidad y candor, hace tanto perdida por mi, que me descargo de preocupaciones inútiles, de culpas paralizantes, de necesidades imperiosas, y de temores absurdos.
Es con ellos, bellos por dentro y fuera, que pienso que la felicidad está en las pequeñas y esenciales cosas de la vida, una sonrisa, el abrazo cálido, el juego espontáneo, la mirada amorosa.
Los amo
La Abu Magalí
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