miércoles, 1 de febrero de 2012

Marcela Vera Tapia, en el arte de la música

Tengo el agrado de presentarles a Marcela Vera Tapia, una marplatense heredera de los genes Espeche, que ha transitado el camino del arte de la música, en éste caso a través del canto.
Esta publicación es el resultado de una investigación personal original de ALVA, a quien le agradecemos profundamente.

Quien esto escribe se concentra en presentar la información con las fuentes originales que solo ella nos proporciona. A ésta altura de las investigaciones presentadas hasta aquí, nos permite comprobar aparentes y fortuitas coincidencias con otros talentos de cultores emparentados biológicamente con todos nosotros.

Pero lo más extraordinario de los resultados que podemos intuir es que en verdad no se trata de: ni aparentes, ni fortuitas coincidencias, sino que los talentos musicales que presentamos a continuación, tienen su razón de ser y su origen común en la genética del apellido Espeche, de quienes descienden todos y cada uno de los significativos ejemplos citados a continuación.

Discúlpenme ustedes por tan recursiva referencia a los Espeche que hago, es que los ingenieros en genética humana, con seguridad tendrán una excelente oportunidad para un exhaustivo y profundo análisis sobre estos casos que comento en todo este blog.

Toda mi vida la he vivido maravillado por los efectos tan significativos que estas herencias provocaron en mis ascendientes, en mis descendientes y -por supuesto- en mí mismo. Un punto harto significativo es que el tronco Vera-Agüero fue constituido por José Joaquín Vera Espeche y María Baldomera Agüero Espeche; quienes han sido genéticamente primos segundos.

Me pregunto: ¿no tendrá eso una influencia preponderante en toda su descendencia? Digo, ¿será que la distribución de éstos genes -de talentos fuera de serie- se potencia al máximo solo por ser ellos primos segundos? Al menos es de lo que casi estoy convencido por las evidencias, con absoluta independencia de los conocimientos genéticos.

Por ello, mi creencia está sometida a las verdades que ésos conocimientos puedan ser reveladores, a través de la palabra de alguno de nuestros lectores expertos.















Me siento especialmente feliz de comprobar ahora que, los dones para los trabajos manuales por un lado y el talento para las artes por el otro; son una característica introducidas por los genes Espeche en todos sus descendientes, incluso en aquéllas que aparentemente mantienen un muy "pequeño roce hereditario". La posibilidad de ejercer y rendir culto a esos dones y talentos, sin embargo, va a depender del esfuerzo personal que cada portador ponga para cultivarlo en la práctica.

Creo que los genes, además de estar presentes en cada uno de nosotros, con seguridad, es necesario que su portador los "despierte" y los active poniéndolos en marcha. Por ejemplo, mi abuelo José Vera tocaba la guitarra (foto), tan solo para acompañarse con canciones que dedicaba a sus admiradoras; pero todo ello, solo a nivel de aficionado.

Coincidirán conmigo que nadie que no tenga un talento musical mínimo será capaz de tomar una guitarra para tocarla y cantar. Díganmelo, por favor: ustedes ¿piensan lo mismo que yo? Mi sorpresa no tiene límites al mirar a mi propia hija Ana Cecilia Vera Suasnávar, con sus dones y talentos también cantando y tocando su guitarra.

Tal parece que su necesidad de cultivar las artes musicales, que lleva en su sangre, la ha impulsado a prepararse profesionalmente para el canto de canciones casi idénticas a las que ejecuta Marcela Vera Tapia. El paralelo es harto evidente también en los gustos musicales, centrado en la música de jazz de los nostalgiosos años de la década de 1950.

 Lo mejor de todo esto es que tendré la oportunidad de llevar a sus oídos el pulido canto de estas dos bellas intérpretes. Pero, que tenga la oportunidad, no significa que esté obligado a hacerlo. Primero tengo que encontrar esas grabaciones, luego debo pedir el permiso obligado... Pese a que puede adivinarse también en Ana Cecilia Vera, la inequívoca y mayoritaria influencia de la genética Espeche, justo será reconocer, que sus herencias musicales le llegan también desde los Suasnávar. Su abuelo materno Darío Daniel Suasnávar tocaba el acordeón tipo "verdulera".

 Debemos entender que "tocar la guitarra" llega a ser hasta casi intuitivo y no es lo mismo que tocar un acordeón y mucho menos una "verdulera" (no es un acordeón a piano), que tiene la misma complicación que un bandoneón ((Piensen que todos estos instrumentos que podríamos llamar eónes por el sufijo común de sus nombres, emiten una sonido al entrar el aire, y otro distinto al salir.)). Necesariamente tiene que existir verdadero talento musical quien se sienta capaz de ejecutarlo. Tengamos en cuenta también, que su bisabuelo paterno Daniel Scarpati Scarpato (Inmigrante italiado desde Sorrento, Italia.), dejó también sus huellas genéticas en ella. Él tocaba la tuba (el más grande instrumento de viento) en el Regimiento 18 de Infantaría, a la sazón con asiento en la ciudad de Santiago del Estero. Y a quién se anime a desestimar esta influencia genética, quiero pedirle que se detenga a reflexionar sobre ello. ¿Por qué?, simplemente porque el bisabuelo Daniel, de Ana Cecilia Vera, es también tío abuelo (espero no equivocarme con el parentesco) de Emanuel Ntaka, ¿Alguien conoce a Emanuel Ntaka? (Por favor sigan éste vínculo, no se arrepentirán. Conocerán a otro pariente profundamente comprometido con la música. Descubrirán sin embargo, que la mayor influencia genética que recibió Emanuel, no es de los Scarpati, sino de su padre de apellido Ntaka (africano).) Es un hecho que mis hijos heredan -por los cuatro costados- esos dones musicales, en mayor o menor medida. También justo será reconocer que en mí mismo ése don nunca existió, lo confieso. Existe en mí sí, pero solo en la medida justa para "acusar recibo", nada más.

En la ciudad de Buenos Aires, Ana Cecilia se presentó en obras musicales en teatros con su canto y su agradable voz; que a toda la familia, amigos y público en general, ha deleitado. Digo más, en el día de su casamiento, ella misma montó su propio show musical (acompañada de su hermano Marcelo Vera, otro Vera con gran talento musical para la guitarra, a quién le dedicaremos una futura publicación), con ella misma como artista central en la voz.

Quienes estuvieron presentes pueden decir si les gustó... A raíz de ésta publicación, ayer (jueves 2 de febrero de 2012) recibí un mensaje donde me alertan de la existencia de algunos otros primos (lo revelaré, lo prometo) que andan también por las sendas musicales ejecutando y cantando canciones muy modernas (febrero 2012). Prometo hacer una publicación dedicada a cada uno de nuestros parientes inspirados en "la música que llevan en sus genes".


Y, ahora que ya tengo el permiso de Ana Cecilia y su guitarrista (su hermano Marcelo Vera Suasnávar) me ha proporcionado algunos temas "domésticos" que grabaron no en estudio, sino en sus casas, con recursos tecnológicos limitados. Quiero hacerles escuchar éstas interpretaciones que servirán de muestra, "más que un botón".




Y, no nos vayamos tan lejos, quien ésto escribe también ha tenido la influencia genética de sus ascendientes Espeche. En mi caso, y con gran orgullo y honor, me considero parte de la viva historia del rock ando roll, que arrancó a partir de los nostalgiosos años de la década de 1950 (para ese ano yo contaba solo con 2 anitos de edad.) En mi época adolescente, con amigos del barrio alcanzamos a conformar un grupo de rock original: Los Valiant.

 Mi padre, que también estuvo iluminado con la luz genética de las Espeche, ninguna influencia tuvo en nuestra música; sin embargo ocupó el lugar de representante comercial y artístico del grupo. Pobre, diría casi como "suplente de hincha" del equipo musical de la familia. Pero nada lo perturbaba, él cumplía su función a cabalidad, más como padre que como representante y sobre todo moral. Si tu curiosidad en más grande que tu paciencia, puedes ya mismo visitar esta página, que con tanto entusiasmo escribí.

En ella cuento, no solo mis habilidades mínimas con la música, sino también mis dones para los trabajos manuales, en éste caso como lutier de guitarras electrónicas. En cambio, si estás mejor dotado para la paciencia, una sugerencia es que nos visites -con el tiempo necesario para disfrutarlo sin apuros- al sitio Generación Rock 50, para conocer -más de cerca- la historia del rock and roll a través de un viaje musical sin precedentes.

La Generación Rock 50's es una propuesta musical dedicada a los melómanos que vivieron su juventud en la época de gestación de un género musical que llegó para permanecer por siempre. ... Pero volvamos al eje discursivo de esta publicación, sigamos con Marcela Vera Tapia. Presentamos a continuación un recorte de la sección de espectáculos en la página 31 del diario La Capital de Mar del Plata, fechado miércoles 20 de marzo de 2002.



Pese a que Marcela no pertenece al tronco Vera-Agüero, la genética de los Espeche sigue presente en su ser. En efecto, pude saber que ella es nieta de Germán Vera Espeche, uno de los ocho hermanos de mi abuelo paterno José Joaquín Vera Espeche.

Un hijo de éste matrimonio: Mario Germán Vera, casó con Angelina Tapia quién dió a luz a Marcela finalmente. También dió a luz a su hermano Mario Vera Tapia, quien actualmente se desempeña como Juez de la Nación, en la ciudad de Mar del Plata. Así es como pude saber que ella sería coetánea mía y no solo prima segunda.

Investigaré más, lo prometo, cuando visite Mar del Plata. En el caso de Marcela Vera Tapia, su talento natural para la música le ha llevado a cultivar con perseverancia la música de George Gershwin, Cole Porter, Glenn Miller y muchos otros gurúes de la música de jazz norteamericana; con verdadero éxito profesional. Escuchemos un casete grabado por Marcela Vera Tapia, integrante del Grupo Vocal Arsis Nova.